Tanto las ramitas secas como las virutas de madera son buenas estructurantes para el compost. En este artículo te explicamos cómo se utilizan.
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Viruta extraída de restos de cortes de madera |
Para realizar un buen compost es necesario respetar las proporciones de orgánicos "verdes" y secos. Los primeros son aquellos que se encuentran frescos y húmedos y que aportan buena cantidad de nitrógeno a la mezcla, como pueden ser restos de frutas o verduras, hebras de té utilizadas, borra de café y yerba del mate, entre otros.
Los orgánicos secos son buenos aportantes de carbono. Son aquellos que tienen un nivel de humedad reducido pero que contienen gran valor calórico. Pueden ser restos de materiales procesados como el papel, cartón, maples de huevos o servilletas de pape. Es necesario que no estén plastificados (por ello los tickets de cajeros automáticos o de mercados no sirven, tampoco las hojas de revistas y diarios) ya que no podrán actuar sobre ellos los microrganismos.
Tampoco son de utilidad los que contengan mucha cantidad de tinta (como por ejemplo las impresiones de dibujos o gráficos) o que estén teñidos en su totalidad, porque los químicos de estos procesos no suelen ser buenos para el compost.
Sin perjuicio de ello, los mejores aportadores de carbono son los orgánicos secos que encontramos en la naturaleza, como las hojas secas que caen de las plantas y árboles, los cortes de césped -una vez secos- resultantes del cuidado del jardín, los restos de poda seca, las ramitas y virutas de madera. Estos elementos pueden resultar fáciles de encontrar en casi cualquier lugar, ya sea un campo, una calle, plaza o parque.
Al contener un gran valor calórico, los orgánicos secos son un buen recurso para que el proceso afronte con éxito las bajas temperaturas del invierno. Cubrir la superficie con una buena capa de pastos y hojas secas servirá de aislante ante el clima exterior y permitirá elevar la temperatura interior para que los microrganismos descomponedores puedan trabajar sin problemas.
Virutas
La viruta es un pequeño fragmento de madera, que se extrae de forma accesoria como resultado del trabajo sobre el material. Posee forma irregular, de lámina curvada o espiral, según la herramienta utilizada para su extracción.
Podemos encontrarla como residuo al pie de los árboles que han sido sujetos a la poda de sus ramas o troncos. También, solicitarla en cualquier comercio que se dedique al trabajo de la madera: madereras, carpinterías, artísticas, etc. Como es un residuo muchas veces es posible obtenerlo de forma gratuita. Sin embargo, no son pocos los emprendedores que comercializan la viruta como producto, ya que además de servir para el compost tiene otros usos: sustrato de plantas, material secante, material para relleno, limpieza, entre otros.
Para usarla como material seco para el compost es necesario que no se trate de una madera tratada químicamente, tampoco sirven los restos de conglomerado, por la presencia de químicos o pegamentos en su composición.
Antes de agregar la viruta al compost, una buena práctica es dejarla unos días en reposo con un poco de tierra negra o de compost maduro. Así la madera se humedece y absorbe de la tierra los microrganismos (hongos y bacterias) que servirán de mucha ayuda en el proceso de descomposición.
También se puede incorporar directamente, respetando la proporción 1:1 (50% de verdes y 50% de secos) para composteras familiares de menos de 150 litros. Igualmente, estas proporciones son estimativas. Con la práctica seguramente quien composte ejercitará su ojo de compost y podrá decidir incorporar lo que la mezcla necesite y en la medida que su percepción sugiera.
Ramitas de madera
Las ramitas que podemos utilizar en el compost son las que provienen de maderas no tratadas químicamente. Son pequeñas varas resultantes de la caída natural o de la extracción de los árboles, arbustos o plantas de las que son parte.
Son un recurso muy noble y fácil de conseguir. Podemos encontrarlas a los pies de árboles y arbustos, ya sea en un campo, calle o plaza. Siempre es recomendable incorporar aquellas que encontremos caídas y que no causemos daño al ejemplar queriendo extraerle sus ramas, ya que uno de los propósitos del compostaje es la reutilización y no la extracción de recursos naturales.
Las
ramitas serán buenas para proveer de estructura a la pila. Además,
promueven la creación de espacios de oxigenación que son importantes
para la circulación del aire en el interior de la mezcla.
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Diferentes ramitas para incorporar al compost |
Es importante que las ramitas que se agreguen sean pequeñas y de un grosor fino. De otra manera será difícil que se biodegraden en unos meses. Imagínense el tiempo que tardaría en una compostera a baja escala (o de balcón) incorporar un tronco o una rama. Con cada mezcla que hagamos del compost la encontraríamos en similar aspecto con el pasar del tiempo.
Otra forma de incorporarlas es en trozos muy pequeños o chipiándolas, para que absorban humedad rápidamente y los microrganismos puedan actuar sobre ellas sin dificultad.
Espero que te sirvan estos tips y compost a la obra!