Biofertilizantes: una opción sustentable

 

La agroecología como práctica sustentable (Getty image)

    Si hablamos de prácticas sustentables, una de las más importantes tiene que ver con el uso del suelo y su aprovechamiento para obtener alimentos para las diferentes comunidades. 

   En este sentido, la agroecología se presenta como un conjunto de prácticas agrícolas, pecuarias y forestales ligadas al uso de procesos ecológicamente eficientes que incluyen la utilización de variedades nativas, la rotación de cultivos, la agroforestería, la conservación de semillas y la producción de abonos a partir de materiales locales, entre otros.  

   Esta práctica ha sido desarrollada desde épocas antiguas por numerosas poblaciones originarias, pero su uso más extensivo recién ocurrió entrado el siglo XX.  Fue allí en donde conceptos claves como la importancia de la conservación de la biodiversidad, el traspaso del conocimiento ecológico de generación a generación y el valor de la agricultura familiar a pequeña escala tomaron relevancia.

    Uno de los bastiones de la agroecología tiene que ver con el reemplazo del uso de fertilizantes y abonos sintéticos por biofertilizantes, enmiendas y abonos orgánicos. Estos productos muchas veces son elaborados por los mismos usuarios, como forma de autosustentarse, de reutilizar los desechos generados en otros procesos y en miras a que el impacto de la actividad sea el menor posible.

    En cuanto a los abonos orgánicos, son sustancias que están constituidas por desechos de origen animal, vegetal o ambos que se añaden al suelo con el objeto de aumentar su actividad microbiana. Asimismo, recuperan la materia orgánica del suelo, favorecen la retención de nutrientes, permiten la fijación de carbono y también mejoran la capacidad de absorber agua. Algunos ejemplos son: estiércol de animales, algas marinas, excremento de aves, entre otras.

    La enmiendas son sustancias mejoradoras de suelo y grandes aliadas para obtener una buena estructura, en donde las raíces de las plantas podrán desarrollarse y dotarse de nutrientes esenciales. Asimismo, mejoran la permeabilidad y la retención de agua. Unas buenas enmiendas orgánicas son el compost y el humus de lombriz.


Biofertilizantes: una opción ecológica

    Los biofertilizantes son insumos formulados con uno o varios microorganismos benéficos (hongos y bacterias principalmente), los cuales aumentan la disponibilidad de nutrientes para las plantas. Su función principal es la de proveer nutrientes y microrganismos a las plantas para favorecer su desarrollo y nutrición. Asimismo, mejoran su resistencia frente al ataque de plagas y enfermedades.

    Entre los principales componentes se hallan las bacterias simbióticas, como el rizobio que a cambio del alimento que obtiene de la planta, le proporciona nitrógeno que obtiene de la atmósfera.

Los biofertilizantes funcionan al interior de las plantas, activando el fortalecimiento del equilibrio nutricional como un mecanismo de defensa de las mismas. Esto es posible gracias a los ácidos orgánicos, las hormonas de crecimiento, antibióticos, vitaminas, minerales, enzimas y co-enzimas, carbohidratos, aminoácidos y azúcares complejas, entre otros, presentes en la complejidad de las relaciones biológicas, químicas, físicas y energéticas que se establecen entre las plantas y la vida del suelo. Los biofertilizantes enriquecidos con cenizas o sales minerales, o con harina de rocas molidas, después de su periodo de fermentación (30 a 90 días), estarán listos y equilibrados en una solución tampón y coloidal. Sus efectos pueden ser superiores de 10 a 100.000 veces las cantidades de los micronutrientes técnicamente recomendados por la agroindustria para ser aplicados foliarmente al suelo y a los cultivos


Este contenido ha sido publicado originalmente en: https://estoesagricultura.com/que-son-los-biofertilizantes/

Copiar no dice nada bueno de ti, si el texto es para un trabajo acuérdate de estoesagricultura enlazando al artículo original.

    Los biofertilizantes pueden resultar de preparados caseros de bajo costo, que se realizan en base a agua segura y plantas frescas o secas. Poseen un alto grado de nutrientes esenciales y micronutrientes, fruto de la fermentación de las hierbas en el líquido. Estos, una vez asimilados por las plantas actúan en su interior incentivando el equilibrio nutricional de su organismo, fortaleciendo su estructura y funciones biológicas.

 Ideas preparar biofertilizantes caseros

    La preparación de un biofertilizante casero es simple. Cada 1 kg de hierba fresca o 200 gr de hierba seca se necesitarán 10 litros de agua segura, esto es agua potable o de lluvia. Se vierten los elementos en un recipiente y se lo deja reposar al sol por una semana, como mínimo. 

    Para evitar malos olores se lo debe remover de forma frecuente y agregar un puñado de piedra en polvo, que a su vez aumenta el contenido elementos minerales.

    Pasado el tiempo ya estará listo el extracto. Habrá que diluirlo, antes de aplicar, a razón de 1lts del preparado en 10 lts. de agua. 

    El biofertilizante se debe aplicar alrededor de las plantas y nunca de forma directa sobre ellas. Además, es preferible evitar su aplicación cuando le da a la planta el sol directo. Es recomendable biofertilizar en días nublados, a la mañana temprano o al atardecer.

 Algunos de los biofertilizantes más utilizados son realizados en base a:

  • hojas de tomates: mejora el crecimiento de pepinos, perejil, apio y cebollas.
  • caléndula: fortalece las plantas, mejorando la resistencia a enfermedades en especial en tomates y lechugas.
  • compuesto: obtenido de la mezcla de hojas de distintas plantas, como por ejemplo de ortiga, cardos, manzanilla, trébol, entre otros. Mejora el crecimiento de especies como lechuga, acelga, entre otras.