Las 3A

Además de reducir en gran medida los desechos domiciliarios que generamos, el objeto de cualquier compost casero es la obtención de una buena materia orgánica que sirva como abono y fertilizante de los suelos. Para facilitar este proceso es útil tener presente las 3A del compostaje, que son tres palabras que nos remiten a prácticas sencillas para que la transformación en nuestras composteras se realice de forma sostenible y eficaz.

Estas reglas son ideales para recordar cuáles son los recaudos mínimos que servirán para favorecer las condiciones del hábitat en donde los microorganismos y bacterias se desarrollan, crecen, se reproducen y ejercen su acción biodegradante. 


Así, las 3A del compostaje las constituyen:

ALIMENTO: El aporte de materia orgánica debe hacerse de forma balanceada y guardar una proporción adecuada, para equilibrar la humedad en el ambiente, frenar la aparición de mosquitas y la generación de malos olores.

Debemos tener en cuenta que uno de los elementos esenciales en el proceso es el nitrógeno, que será aportado mayormente por los residuos orgánicos vegetales. Este elemento se complementa con el carbono, aportado por los orgánicos secos (pastos, hojas, pajas, etc) que le otorgará estructura a la mezcla, absorbiendo la humedad y favoreciendo la porosidad en la pila.

Así, para lograr un equilibrio adecuado, es aconsejable que se agregue una proporción de orgánicos húmedos por cada dos de secos. Sin embargo, esta estimación dependerá de la composición de los elementos aportados y su nivel de humedad.


AGUA: El agua es uno de los elementos necesarios para la vida en nuestro planeta y también debe estar presente en el hábitat de la compostera, para que los microorganismos y bacterias se desenvuelvan. Sin embargo, será imprescindible que el ecosistema tenga la humedad adecuada

Si bien a simple vista podemos deducir cuándo la mezcla se encuentra en su estado esperado (no acuosa, ni demasiado seca y tendiente a ser homogénea), en la práctica existe un método muy simple para determinarlo: “la prueba del puño. Esta prueba consiste en tomar un puñado de mezcla con una mano, apretarlo y comprobar que esté húmedo sin que se desprenda una gota de agua. La humedad adecuada de la mezcla se sentirá como si tomásemos una esponja húmeda con nuestra mano. Esto servirá para constatar de forma fácil y rápida si hace falta o no hidratar el compuesto.

Es importante destacar que en el caso de los compost domiciliarios, la mayoría de los restos orgánicos húmedos que se incorporan son de origen vegetal y pueden presentar hasta el 80%de agua. Es por ello que si notamos que la mezcla está muy húmeda, deberemos agregar elementos secos y mezclar, así la pila va homogenizándose y ganando carbono para lograr el equilibrio del ecosistema. Por el contrario, si la mezcla está seca o muy granulada habrá que hidratarla, regando con agua hasta que notemos la humedad necesaria.

También, tenemos que prever que nuestra compostera permanezca tapada, para evitar la acción del clima en forma directa, pero no que esté sellada ya que es preciso que exista una canal de ventilación para que el compost se oxigene. Asimismo, si colocamos una tapa hermética se hará más difícil abrirla ocasionalmente para agregarle alimento o constatar la marcha del proceso.


AIRE: El aporte de oxígeno mediante la mezcla de la pila es otra de las prácticas esenciales, que también sirve para controlar que los componentes no se encuentren apelmazados o muy húmedos. También para desalentar la aparición de insectos u hormigas.

Asimismo, la mezcla frecuente será buena para prevenir la aparición de condiciones anaeróbicas en la compostera, que implicarían el desarrollo de un hábitat generador de malos olores o hasta la pérdida del compost por putrefacción.

Además, es útil para favorecer la creación y mantenimiento de un ambiente apto para la acción biodegradante de los microorganismos y bacterias y para que mediante su accionar se obtenga un abono homogéneo y de alta calidad.

Lo recomendable es que realicemos una mezcla completa de abajo hacia arriba, al menos, una o dos veces por semana. En los compost de baja escala, en donde suele ocurrir que la pila de orgánicos se comprima para aprovechar el espacio, será bueno que vayamos controlando ocasionalmente el estado de la compostera y, quizás, sea necesario que la mezcla se realice con más frecuencia.

Te invitamos a leer nuestro artículo sobre oxigenación, que te explica las diferentes formas de realizar la mezcla.

 

Gráfico: OPDS