Aproximadamente en el 90% de los hogares del país se consume el mate como infusión, como mínimo, una vez por día.
Según datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), en Argentina se consumen alrededor de 256 millones de kilos de yerba mate por año, lo que implica un consumo de unos 6,4 kilos por persona. En litros, se calcula que se toman en promedio unos cien litros de mate cada año per cápita.
Una vez que el mate es preparado y consumido, la yerba se hidrata completamente y su peso se triplica. Toda la yerba que es utilizada para “matear” es un compuesto orgánico apto para compostar como material húmedo.
Si la yerba usada no se composta, lo común es que sea desechada y que vaya a parar a los rellenos sanitarios junto a los demás residuos.
Pero también es posible aprovecharla como recurso para la confección de macetas ecológicas. El procedimiento es muy sencillo, solo hay que contar con ciertos elementos y un poco de tiempo para hacer la masa y dejar secar para disfrutar del trabajo terminado.
Los materiales necesarios son:
- Yerba mate utilizada
- Vinagre
- Harina
Pasos a seguir:
1- Dejar secar por varios días la yerba mate usada;
2- Poner a calentar en una olla un puñado de harina, media taza de agua y un chorro de vinagre. La idea es conformar un líquido blanco y pegadizo.
3- Una vez integrados los elementos, dejar enfriar y sumar paulatinamente la yerba. Con la unión del pegamento y la yerba, se obtiene una masa fácilmente moldeable.
4- Cubrir con plástico una taza o cualquier recipiente a modo de molde e ir cubriendo los espacios necesarios hasta abarcarlo en su totalidad.
5- Dejar secar al sol el tiempo necesario y luego desmoldar.
6- Se puede desmoldar y cocinar en horno mínimo para facilitar la unión de los materiales.
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