La campaña Breathe Life 2030 que impulsa la Organización de Naciones Unidas (ONU) promueve iniciativas comunitarias para reducir el impacto de la contaminación del aire en la salud y el clima.
Entre sus objetivos se encuentran:
- Reducir al mínimo las emisiones de gases de los restos de alimentos, de poda o de jardín de los residuos.
- Reutilizar los residuos reciclables (no orgánicos).
- Reemplazar el uso de bolsas descartables por las reutilizables.
- Evitar la quema de basura, ya que contribuye directamente a la contaminación del aire.
Compostar puede ser una buena alternativa para sumarse a esta campaña, ya que con el proceso se llegan a reducir más del 50% del volumen de la bolsa de residuos diaria.
Las pautas desarrolladas por el PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) y el Instituto de Estrategias
Ambientales Globales (IGES) muestran que la práctica del compostaje es una de las mejores opciones para manejar los desechos orgánicos y al mismo tiempo reducir los impactos ambientales.
El compostaje evita la emisión de gases que se desprenden de los restos de orgánicos en descomposición y disminuye la huella de carbono que es necesaria para la gestión y traslado a los predios de tratamiento de desechos.
Por otra parte, el abono obtenido puede ser utilizado para beneficio de plantas y jardines propios como también de parques y plazas públicas, constituyendo una actividad que promueve el beneficio común y la acción colectiva.