Compostaje no es putrefacción

Muchas personas se pierden de sumarse al compostaje porque creen que el compost "larga olor a podrido". Se confunde biodegradación con putrefacción, pero ambos conceptos no son sinónimos.

Putrefacción de unas manzanas (Getty)

  El compostaje y la putrefacción constituyen dos procesos biológicos que si bien pueden ser similares en algunos aspectos, no son lo mismo. En ambos actúan diversos microrganismos con metabolismos y desarrollos diferentes.

  El compostaje es un proceso de descomposición controlada de la materia orgánica. Se alimenta de material orgánico "verde" y seco que es degradado por microrganismos y bacterias en contacto con el aire. Si el proceso se desarrolló siguiendo pasos muy sencillos y controlando las condiciones de temperatura, proporciones y humedad, los agentes de la descomposición proliferarán y en pocos meses se obtendrá una enmienda orgánica de calidad, sin despedir olor desagradable. 

    Pero puede pasar que alguno de estos elementos abunden o falten, entonces los resultados quizás no sean los esperados. El proceso puede llegar a relentizarse demasiado, echarse a perder o emitir aromas desagradables, por la actuación de microrganismos anaerobios que producen malos olores.   

    Estos organismos son parte de un proceso de putrefacción y puede darse, entre otros factores, cuando:

* se riega demasiado la mezcla: el oxígeno se ve desplazado por el agua, hará que disminuya la porosidad dentro de la mezcla y dentro del compostador. Así, la digestión de los microrganismos pasará a ser de aerobia a anaerobia, produciendo metano y gases derivados del nitrógeno causantes del mal olor.

* no se mezcla lo suficiente y los materiales húmedos apelmazan la pila o los orgánicos "verdes" tienen un aspecto viscoso: al no remover la pila no entra oxígeno suficiente para el desarrollo de los microrganismos descomponedores;

* no se tapa correctamente la compostera y le dá el sol o las lluvias de forma directa: el clima actúa de forma directa sobre la pila, desequilibrando los factores del proceso. Recordemos que la compostera es un recipiente en donde se reproducen las condiciones adecuadas para la descomposición de los orgánicos.

* se añade demasiada cantidad de alimento "verde": los organismos descomponedores que se encuentren dentro del compostador no podrán consumir todos los restos de comida, de forma que parte de ésta se empezará a degradar y a liberar toda el agua que contenga. 

   "Qué olor a podrido!"

   La putrefacción es un proceso natural de descomposición. Está dada, entre otros factores, por la presencia de numerosos microrganismos que descomponen los materiales orgánicos. Puede darse de forma aeróbica o anaeróbica.

    SIn embargo, el olor característico del compost maduro es a tierra húmeda, no a podrido. El proceso de compostaje no emite olores o, en todo caso, puede llegar a sentirse cierto olor que se desprende de los orgánicos que fuimos incorporando. Ello, porque en el proceso no es habitual la putrefacción de los componentes, si se mezcla la pila de forma frecuente y se respetan las proporciones de los orgánicos.  

    Por eso, si la pila huele a podrido y/o atrae numerosas moscas, son indicadores que algo anda mal.

    Las moscas se verán atraídas por los malos olores, que anuncian que hay poca presencia de oxígeno en la mezcla y que los materiales están sufriendo una putrefacción anaerobia (sin aire). De continuar así no vamos a tener buenos resultados. 

    Ante esta situación deberemos poner manos al compost:

* Observar que tipo de material hace falta. Seguramente debamos incoporar más secos, como papel, pastos y hojas secas, ramitas finas (son buenas para la estructuración y aireado de la mezcla), viruta, etc.

* Mezclar la pila y ver que el material agregado vaya aborbiendo el exceso de agua.

* Si se cuenta con espacio suficiente se puede voltear la pila y mezclar de arriba para abajo de los componentes.

* Repetir este procedimiento cuanto sea necesario.